El fast fashion, al igual que el fast food, es un concepto que evoca inmediatés y respuesta ágil a dos necesidades en concreto: vestimenta y comida. Sin embargo, terminan por ser nocivas cuando se abusa de ellas.
Mucho se ha discutido acerca de porqué el fast food es perjudicial para la salud, pero ¿por qué decimos que el fast fashion también lo es? El atractivo de este último reside en dos puntos primordiales: prendas de diseños atractivos y precios accesibles. Si se desea vestir a la moda, basta con ir a un centro comercial, entrar a una tienda de alguna franquicia y comprar lo que se encuentra en percha. Con un precio bajo y más de 30 colecciones creadas por año, la oferta es insuperable.
Sin embargo, con el paso del tiempo, y no hablamos de años, esas prendas comienzan a deteriorarse. Su forma se altera, sus colores y elasticidad se pierden, y después de usarlas algunas veces pasan al fondo del placard o peor aún, van directo al tacho de basura. En pocas palabras el fast fashion es la moda del momento, una que se desecha con la facilidad que se compra, cuyo impacto medio ambiental es abismal y ni hablar de las condiciones laborales de precariedad que se viven en algunos países para sustentar esta industria.
Aclaremos qué, no estamos en contra de comprar en una u otra tienda. Sino en realizar compras inteligentes.
La propuesta de Buggatti reside en la exclusividad, pero ¿qué significa?
Además del ambiente y el servicio que se ofrece en las boutiques -tema que abordaremos en un futuro-, trabajamos con firmas europeas que cumplen los siguientes estándares:
• Colecciones limitadas a un número bajo de unidades.
• Confección y trabajo artesanal en las prendas.
• Empleo de materia prima noble y de larga durabilidad.
• Diseños exclusivos.
• Trabajo digno.
Esto nos permite ofrecer un vestuario de calidad incomparable. Mientras una camisa de una franquicia cualquiera puede ser adquirida por un bajo precio, su durabilidad se limitará a un máximo de seis meses antes que esta comience a presentar daños en su estructura. Por otro lado, una camisa en Buggatti, cuyo costo es superior pero accesible, durará años con los cuidados adecuados, esa es nuestra promesa.
El Fast Fashion es tentador. Sin embargo, el precio que pagamos por él es muy superior en comparación al realizar compras inteligentes. No se necesita tener decenas y decenas de prendas olvidadas en el placard. Si se desea vestir bien, se requiere construir una imagen una que evoque seguridad y poder. Y para ello, nosotros somos los expertos.